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miércoles, 17 de abril de 2013

La comida redonda.

Aprender a comer bien.

En estas líneas de a continuación vamos a ver muchos datos sobre alimentos para que estemos mas tranquilo con lo que comemos.

La comida redonda.

Todo lo que quisiste saber y no te atreviste a preguntar sobre las proteínas mejor empaquetadas.

Los huevos son una comida rápida mas distinguida que tu nevera pueda albergar: llenan, son sabrosos, increíblemente rápidos de hacer.... y muy sanos. Olvídate de leyendas urbanas. "Hoy sabemos que 2/3 partes del colesterol lo produce el organismo a partir de la grasa que incluye la dieta".
  1. Puesta de huevos.

  • El huevo y la gallina.
En cualquier mercado hallaras 3 variedades: normales, camperos y DHA ( con omega-3). A nivel nutricional, los DHA tienen a favor que las gallinas han sido alimentadas a base de pienso enriquecido con aceite de pescado o algas y, consumidos con moderación, ayudan a reducir el riesgo cardiovascular.
  • Peso pluma.
Un huevo fresco pesa. Al envejecer, la humedad sale fuera a través de los pequeños poros de la cascara por donde penetra el aire, creando una burbuja . Así, sacudiendo suavemente un poco el huevo podrás hacerte una idea de su frescura.
  • El tamaño no importa.
En realidad, la talla de un huevo está relacionada con la raza, edad, estilo de vida y dieta de la gallina; pero no tiene por qué indicar su mejor o peor calidad.

      2.  Frescura inigualable.

  • Bien conservado.
Guárdalos en su envase original, con la punta hacia abajo, y en la parte menos fría de la nevera (en la puerta). Mantenlos separados de otros alimentos, ya que son porosos y pueden absorber aromas fuerte.
  • Una buena ducha.
Si el huevo está sucio, lávalo. "De todas formas, no es una acción muy aconsejable, pues acaba con la cutícula protectora (una barrera natural que lo protege de microorganismos). En cualquier caso, hazlo justo antes de utilizarlo pues perjudica su conservación".
  • Se acabó el tiempo.
De acuerdo: se trata simplemente de una fecha aproximada, pero para obtener un mejor sabor, consúmelos siempre antes de que caduquen.

 

      3.  Enciende el fuego.

  • Revueltos.
Para hacerlo así, mézclalos en un cuenco con un poco de aceite de oliva en una sartén antiadherente y hazlos a fuego bajo o, como mucho, medio. No los remuevas demasiado o la textura no será la optima (debe quedar entre cremosa y compacta).
  • Escalfados.
Si los prefieres de este modo, pon un cazo con agua a fuego lento. Cuando empiecen a aparecer pequeñas burbujas, añade 10 ml de vinagre (el zumo de limón también sirve) para mantener la yema y la clara juntas. Echa el huevo y remueve el agua a su alrededor para contener la forma. Cuando la clara esté cocida a tu gusto, sácalo con una espumadera. Calcula unos 3 minutos.
  • Hervidos.
Del tiempo de cocción dependerá que sean "pasados por agua", "mollet" (la clara dura pero la yema cremosa) o "duros". Para los primeros bastan con 3 min., 5 min. en el caso de los mollet y 12 en el de los duros. No los hiervas rápidamente porque la clara se volverá gomosa, una capa de color gris verde envolverá la yema y la cáscara se romperá. Opta por ponerlos a hervir a fuego medio en el mismo momento en que tires el agua (y no cuando hierva).
  • Tortilla.
Calienta unas gotas de aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Echa 3 huevos batidos, ladeando la sartén para extenderlo. Deja cocer la tortilla durante 5 segundos y luego usa una cuchara de madera para atraer el extremo de la misma hacia el centro. Haz lo propio con el huevo batido que vaya desprendiendo hasta que la tortilla coja forma.

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